Historia de la SMA desde 1985 hasta 1989, por Blanca Troughton

Comienza el siguiente quinquenio de la Sociedad Malagueña de Astronomía con la celebración de su X Aniversario, mientras que en el cielo profundo grandes telescopios comienzan a registrar las primeras observaciones del cometa Halley. Los días 16 y 17 de Mayo tuvieron lugar una serie de actos en los salones de la Diputación Provincial de Málaga: dos conferencias, una sobre atmósferas planetarias por D. Alfonso Monterde, Físico de la Universidad de Málaga y otra sobre la Gran Mancha Roja de Júpiter por la secretaria de la S.M.A., Blanca Troughton. Después un homenaje con entrega de diplomas a los diez primeros socios: Francisco Bravo, Benigno Pérez, Eloy España, Eugenio Vargas, Henry Tiarks, Francisco Cantos, Manuel Miranda, Manuel Ruiz, José Manuel Robles e Ignacio Lamothe quien recibió una placa por la que se le nombraba Socio Fundador de Honor, quien dijo “El cariño que siento por la Sociedad y por la Ciudad [de Málaga] que en alguna medida representa, me ha obligado siempre íntimamente a prestar mi contribución para que contra toda eventualidad la vida de la Sociedad sea larga. Diez años es un lapso respetable, pero hay mucha vida por delante y momentos difíciles los habrá, pero la Sociedad Malagueña de Astronomía saldrá adelante contra viento y marea”.

Por aquel entonces las cenas de hermandad se celebraban en la Venta del Boticario de los Montes de Málaga siendo de obligado hecho cantar la adaptación hecha por Luis Troughton de las muñecas de Famosa… “Tó la peña de astrónomos se dirigen a cenar a la Venta del Boticario pa comé hasta reventá ….”.

En verano de 1985 nos deja para siempre nuestro socio y gran colaborador del boletín Federico Herberg del que Alberto Castro Tirado, socio nuestro y actualmente astrofísico del INTA, dijo en una entrevista que publicaron en el Diario Sur de Málaga “uno de los motivos que más me iniciaron en la astrofísica fueron los artículos de Federico Herberg”. …Y el cometa Halley se nos aparecía ya con la duodécima magnitud…

En Noviembre llegó la celebración del acontecimiento a nivel nacional más importante acometido por nuestra entidad : las VI Jornadas Nacionales de Astronomía, por aquel entonces, aún se llamaban nacionales. Los actos tuvieron lugar en la Caja de Ahorros Provincial de Málaga de la Avenida de Andalucía y la inauguración en el patio de la Casa de la Cultura, hoy demolida por encontrarse edificada sobre los restos del Anfiteatro Romano. Treinta y tres asociaciones astronómicas diseminadas por todo el estado español se dieron cita en Málaga, disfrutaron de astronomía, de buen clima y de la amabilidad de una ciudad cosmopolita como la nuestra. La despedida se realizó en las Cuevas de Nerja amenizada por una Panda de Verdiales.

Tras la celebración de estas jornadas el agotamiento fue tal que la Sociedad cayó en un declive que se manifestó entre otras cosas por la no aparición del siguiente boletín, el Nº 108, que nunca llegó a ver la luz.

En diciembre recibimos la notificación del Ayuntamiento de Málaga de la cesión de unos locales para nuestra Sociedad en el antiguo Cuartel de la Guardia Civil de la urbanización de El Limonar, local que ya se había solicitado cuatro años atrás en 1982. El edificio quedó repartido entre La Sociedad Excursionista de Málaga, la Asociación de Vecinos de Gibralfaro y la Sociedad Malagueña de Astronomía con el nombre genérico de Centro Cultural Jose María Gutiérrez Romero en recuerdo del excursionista malagueño del mismo nombre que murió el verano del 85 en una sima de León.

Comenzó el año 1986 y aunque teníamos nuevo local, no estaba tan nuevo: puertas y ventanas deterioradas, suelos levantados, paredes que hubo que tirar y otras que reforzar y techos con grietas. Y comenzaron las obras de reformas: todos los sábados cita fija y a currar. Francisco Márquez estaba al frente de todo ello durante más de un año. Muestra de ello quedó reflejado en el genial chiste de Luis Troughton publicado en el boletín de marzo-abril de 1987.

Los trabajos se vieron amenizados celestialmente por el cometa Halley, teniendo lugar en los Pinares de San Antón el fín de una enorme caravana de coches que partiendo del centro de la ciudad en la madrugada del 15 de marzo terminaron observando al famoso y esperado cometa hasta que los rayos del Sol nos impidieron ver su cola.

Y las obras en el local siguieron y siguieron … eclipsando a los socios que colaboraban, que dicho sea de paso, siempre eran los mismos, como ahora y es que hay cosas que nunca cambian. Así se editó un boletín que abarcaba desde julio hasta octubre, mes que se presentó con un eclipse lunar para terminar de eclipsarnos.

El año astronómico terminó en la Venta del Boticario, como siempre y ésta vez iba acompañada de un homenaje a Paco Márquez por toda la labor realizada en la sede.

El año 1987 se muestra para nosotros internacional: Recibimos la visita de L´Unione Astrofili Bresciani del Norte de Italia. Vienen 150 socios a observar el hemisferio sur celeste desde Málaga. Su presidente, Loris Ramponi y la secretaria, Silvia Domini organizan el viaje y conjuntamente con nosotros realizamos una visita al observatorio astronómico hispano-alemán de Calar Alto, a la central solar de Tabernas y una observación astronómica con cena de despedida en la Finca El Tinto en el camino de Olías, ahora tradicional para nosotros.

En 1987, nuestro socio Alberto Javier Castro Tirado recibe el Premio Holanda para jóvenes investigadores por su trabajo «Macroestructuras del Universo: cúmulos y supercúmulos de galaxias», siendo entonces estudiante de físicas de tercer curso y miembro de la Sociedad desde 1982. El trabajo está basado en las observaciones que realizó con su telescopio Celestron 8″ y con el de la S.M.A., un reflector de 300 mm desde el Observatorio de Miraflores de El Palo.

En Mayo soy nombrada presidenta de la S.M.A., cargo que sustento desde entonces. Se acerca el verano y con él la inauguración de la sede, que tiene lugar el 6 de Junio. Miguel Hidalgo recibió un homenaje por su colaboración en la finalización de las obras del local y se le hizo entrega de una placa. Ignacio Lamothe, a quien ya estamos acostumbrados a oír en todos estos acontecimientos se refirió a la labor de un aficionado a la astronomía diciendo: “…para mi hay algo que tiene mucha mayor importancia, y ello es el hecho de levantar nuestra vista al cielo y empaparnos de su profundidad y grandeza, ensancha nuestro horizonte mental e incita a nuestra inteligencia a que comprenda sus leyes e interconexiones”. El acto terminó con la más apoteósica parrillada jamás imaginada. Recuerdo al urugüayo poniendo sobre la brasa churrascos, morcillas y chorizos sin parar durante toda la fiesta, el patio lleno de mesitas y sillas y más de un centenar de personas. Como invitados especiales teníamos a nuestros amigos y compañeros de la Agrupación Astronómica Albireo de Sevilla: José García, Jose Antonio Pleguezuelo, Jose Ramón y Eduardo con quienes aún mantenemos el contacto y sabemos que nunca olvidarán aquel encuentro: la armónica de Ignacio, la guitarra de Luis, la Luna desde el Paseo Marítimo, …

Recibimos también dos importantes donaciones, por un lado el telescopio refractor Cooke de 4″ de Mr. Henry Tiarks y un laboratorio fotográfico de Francisco Márquez.

El año terminó con la celebración de las VII Jornadas Nacionales de Astronomía organizadas por la Sociedad de España y América (SADEYA) en Barcelona en la que se rindió homenaje a Josep Comas i Solá por el cincuentenario de su fallecimiento. Una buena representación de la S.M.A. acudió a tal encuentro, entre los que no faltaba «Josep» Espinosa. Nuestra socia Sandi Catalán recibió en estas Jornadas el segundo premio de la categoría artística en el concurso de dibujos.

Comienza el año 1988 con la triste y amarga ida para siempre de nuestro socio Juan Morente de quien Jose Manuel Robles, tesorero por aquel entonces de la S.M.A. y ahora también fallecido, escribió: “Siempre se me antojó, por su imagen, una rara mezcla de padre cartujo y viejo alquimista…Su presencia discreta, su talante conciliador y su perseverante entusiasmo, determinaron en todos nosotros un claro entusiasmo en los momentos que la apatía parecía recalar en la Sociedad….;me emocionó cuando me dijo que lo que más hubiera sentido al quedarse impedido, era no haber podido subir nuevamente a «su taller» a seguir trabajando ilusionadamente. Tras su muerte, nuestro Taller de construcción de Telescopios pasó a llamarse en su honor «Sala Juan Morente».

En marzo se decide desmantelar el Observatorio Astronómico de Miraflores del Palo, tras varios intentos de robo y deterioro de la cúpula que ponían en peligro la seguridad de nuestro reflector de 300 mm. Al mes siguiente empieza la búsqueda de lugares idóneos por la provincia de Málaga para la ubicación de un nuevo Observatorio de la Sociedad. Un equipo encabezado por José Manuel Robles localiza el Cerro Tomayo en Arroyo Coche como un lugar perfecto para ello, aunque se decide seguir investigando otras zonas.

En Julio Sandi Catalán que había llevado la carga del boletín durante un año y medio se despide de todos porque se marcha a Inglaterra a estudiar astronomía. “Prácticamente pasaba todo por mis manos, de la máquina al papel; de mis manos a las suyas” decía ella en su última editorial.

Y con el verano siguen las observaciones en La Era (Arroyo Coche) y los cursillos de astrofotografía organizados por Francisco Gálvez, diversas charlas divulgativas en nuestro local y una observación conjunta en la Sierra de Cazorla con la Agrupación Astronómica de Córdoba, pero a la que acudieron también representantes de las sociedades de Barberá, Cáceres, Murcia y Valencia, entre otras cosas se observó una magnífica lluvia de estrellas perseidas (una por minuto). Finaliza el verano con las II Jornadas Astronómicas de Villanueva de Tapia en la finca de José Manuel Robles bajo una espléndida y oscura noche.

A partir de ahora se hace cargo del boletín Francisco Gálvez, mientras tanto en el local se suceden las charlas y reuniones cobrando una auténtica identidad como lugar habitual de encuentro entre los socios. Continua así hasta la primera parte del año 1990, donde termina este periodo que he relatado, en el que he intentado resaltar los acontecimientos que, a mi parecer, considero que han sido los más relevantes en la historia de la Sociedad Malagueña de Astronomía.