Historia de la SMA desde 1980 hasta 1984, por Luis Troughton

Yo ingresé en la Sociedad Malagueña de Astronomía en Noviembre de 1981, como consecuencia de la gran afición de mi hermana Blanca; varias veces me fui con ellos a observar y me enganché rápidamente. La nueva afición despertaba en mí muchas inquietudes y me daba acceso a contemplar cosas que otros no podían ver ni imaginar. Casi de inmediato me encargué de la sección del Departamento de planetas, asteroides y meteoritos, más conocido como » el Departamento de PAM» ( se me ocurrió la abreviatura por el nombre de la novia del hermano bueno y cabezón del malísimo J.R. de la serie » Dallas » que, por aquel entonces, estaba de moda ).

También por aquellos tiempos remotos, me encargué casi de forma simultánea de la Luna y de la sección del humor, ya que mi anterior sucesor en esta última sección, Don Rafael Castro, me confesó poco tiempo más tarde que tenía totalmente agotado el cupo de ideas para los chistes, así que le dije que no se preocupase que, a partir de ese momento, corrían por mi cuenta y riesgo.

Fue un lustro de mucho movimiento, queríamos impulsar la Sociedad hacia unas cotas en las que nunca se había situado; hasta ahora, sólo había sido un grupo de amigos «devotos de una idea astronómica».

Así, a principios de 1.982, cursando el que suscribe 2º de Derecho, organizamos una campaña Universitaria para la divulgación de la astronomía, que comenzó en la facultad de Derecho; a pesar del empeño que pusimos, el éxito no fue el esperado en un principio. Sin embargo, nos dimos cuenta de algo muy importante que hasta ese momento nos había pasado desapercibido, el Decano de la Facultad de Derecho,,posteriormente Rector de la Universidad de Málaga durante muchos años, Don José María Martín Delgado , nos dio el Ok para todo lo que quisimos organizar, encontramos su apoyo al completo e hizo la presentación de las conferencias de Derecho Espacial y Mundos Habitables.

Entendimos que dándonos a conocer, los responsables académicos nos ayudaban y mostraban su interés y sus buenas intenciones por nuestros proyectos. Para alcanzar nuestro fin, se realizó una tirada de pegatinas con nuestro distintivo de Saturno sobre un fondo azul y blanco, basado en un perfecto diseño de nuestro estimado socio D. Eugenio Vargas Machuca, profesor de dibujo técnico y desde cuyas pobres líneas le envío un saludo.

A partir del mes de Mayo de 1.982 comenzamos a reunirnos los miembros de la Junta Directiva una vez al mes en uno de los saloncitos del » Bar Rafael», sito en la Urbanización Miraflores del Palo, la mayoría de la Junta Directiva por aquellos entonces vivíamos en El Palo; además, de esta forma teníamos la sensación de estar más cerca del observatorio que teníamos instalado allí (de hecho, estábamos a un paso).

En estas fechas, se celebraron las IV Jornadas Nacionales de Astronomía, organizadas por la Asociación Valenciana. Precisamente a raíz de este evento, surgió un importante vínculo de amistad y de sentimientos comunes con los principales representantes activos de la referida Asociación. Un mes después organizamos un campo de observación conjunto en la Sierra de Cazorla ( 5 días ). Se potenció un clima de amistad y de conexión que al menos yo, como experiencia personal no he vuelto a sentir en la Sociedad. Las noches estrelladas de la Sierra de Cazorla y los Valencianos nos dieron una lección de compartir abiertamente una afición que, poco tiempo antes, creíamos totalmente limitada y acotada a unos pocos lunáticos.

Fueron momentos importantes de trabajo y de expansión de conocimientos. No teníamos ordenadores, ni portátiles, ni teléfonos móviles; empleábamos métodos totalmente manuales y visuales para la observación de estrellas variables; hacíamos los gráficos y discutíamos las diferencias de luminosidad en la variable de turno por comparación con otras estrellas más o menos cercanas. Era astronomía Amateur en estado puro.

La Sierra de Cazorla se convirtió en un punto de encuentro de carácter periódico que volvió a repetirse en dos ocasiones más y casi de forma consecutiva. Al final de las IV Jornadas Nacionales de Astronomía en Valencia, nuestra Asociación propuso su candidatura para celebrar las VI Jornadas Nacionales y, casi desde ese mismo momento, comenzamos a trabajar en ese basto proyecto de organización que poco a poco se iría puliendo hasta terminar con la culminación exitosa de las jornadas; aunque este punto, dicho sea de paso, no le toca abordarlo cronológicamente hablando, al que suscribe las presentes líneas.

En Septiembre de 1982, se organizaron las IV Jornadas de » puertas abiertas » en nuestro observatorio de Miraflores del Palo. Entre agosto del 81 y septiembre del 82, la Sociedad había realizado cuatro jornadas de puertas abiertas, todas ellas con un éxito abrumador, decenas y decenas de personas se acercaban a nuestro observatorio a observar los planetas visibles y la luna. Recuerdo que los indicadores para llegar al observatorio los hicimos nosotros mismos en plan Oeste; se trabajaba a destajo, pero se hacía bien y con ganas, porque se realizaba con gusto. Antes de estas cuatro jornadas, empleamos más de dos meses en adecuar y acondicionar nuestro observatorio, así como el camino de acceso; a base de picos, palas, rastrillos y carretillas de mano, dejamos el acceso lo bastante digno como para poder subir incluso en coche hasta el mismísimo telescopio. Sin embargo, por razones de seguridad y de tranquilidad sobre todo, los vehículos se aparcaban unos cien metros más abajo.

El espacio alrededor del telescopio era muy pequeño, así que lo acondicionamos a base de buena fe, trabajo y sufrimiento; se le hizo un basamento de chinos en todo el perímetro del observatorio; posteriormente se le aplicó una buena base de cemento y lo rodeamos con una flamante valla de hierro de forma semicircular, forjada en los talleres del padre de nuestro actual tesorero (los talleres de Don Miguel Pérez). Después, una vez enfoscado, se hizo en ese mismo perímetro una jardinera que se plantó de geranios (bastantes de ellos llegaron a coger y brotaron magníficas flores).

A la terminación de las obras, cuyos principales artífices fueron, sin que nadie se sienta ofendido porque se me olvide, Blanca Troughton, Jose Luis López Mingorance, Juan Fernando Maté, Jose Manuel Robles, Ignacio Lamothe y yo mismo, la fecha de terminación (13 de Septiembre de 1.982), fue grabada con toda la solemnidad que un acontecimiento de este tipo requiere.

Dos meses después, la Junta Directiva se impuso como principal objetivo y meta, la consecución de un local para nuestra sociedad; llegamos a la conclusión de que era la mejor forma de poder reunir al mayor número posible de aficionados a la Astronomía; así se expuso en uno de los últimos boletines que publicamos a finales de 1982.

Todo era muy rudimentario, costaba un enorme esfuerzo hacerlo, pero se apreciaba un espíritu de lucha y de abnegación, así como un afán de superación en cada boletín (¡ánimo para los actuales encargados¡), que cualquiera que relea alguna de esas publicaciones, podrá notar esas vibraciones a las que hago alusión.

En los primeros meses del año 1.983, la Escuela de Franco y también, aunque en menor medida, el Instituto Canovas del Castillo fueron los grandes impulsores de un nuevo ciclo de conferencias que comenzó con un enorme éxito, batiendo todos los record de asistencia hasta esa fecha (entre 90 y 100 personas). Agradecemos desde estas líneas al principal impulsor de las mismas, nuestro socio Don Tomás Hormigo, aunque tampoco sería justo olvidar a otro gran y antiguo socio, aunque ya fallecido, Federico Herberg (especialista entre otras cosas en agujeros negros).

Nuestras ambiciones por aquellos entonces eran muchas y, algunas de ellas » al filo de lo imposible»; de esta forma, se impuso en la Sociedad un nuevo objetivo, casi simultáneo a la consecución de un Local. Ese objetivo era ni más ni menos que la construcción de un telescopio perfectamente equipado y adecuado en los montes de Málaga; este proyecto aún no se ha conseguido, pero resulta curioso que en la actualidad se vuelva a retomar esa vieja aspiración tras el éxito alcanzado con el grupo Mahelios 98, la principal aventura de la Sociedad, y dignísima de una historia de » camel trophy «.

Un mes después, en el mes de mayo y tras varios intentos fallidos, se organizó una excursión al Veleta para poder ver las instalaciones del observatorio del CSIC. La crónica del viaje la realizó de forma magistral (como siempre) Don José Manuel Robles, » El Doctor «, nuestro socio más anecdótico desde nuestros inicios, y que, a pesar de que ya no esté en este mundo, sigue siendo de los nuestros. Al releer su artículo de » la crónica de un viaje » me viene a la memoria el recuerdo lisonjero de la personalidad de un buen hombre. Debo de rendir homenaje » al Doctor » desde estas páginas, porque, en incontables ocasiones, infundió a nuestra Sociedad un espíritu de humor snobista, simpático y tremendamente anecdótico que jamás ha vuelto a tener porque, para contar historias, hay que saber contarlas.
Mientras tanto y retomando nuestro relato, las » típicas cenas del Boticario » (que comenzaron a finales del 82), seguían sucediéndose dos veces por año. Probablemente eran los mejores momentos; una afición común seguía uniendo año tras año en mesa y mantel a los más variopintos personajes de este complicado mundo.

En el mes de Julio del año 83, en las previas de las V Jornadas nacionales de Astronomía, celebradas en Sevilla, organizamos a nivel interno las V jornadas de puertas abiertas, invitando al por entonces Alcalde de Málaga , el Sr. Pedro Aparicio, el cual por problemas que el que suscribe desconoce, delegó diligentemente el ofrecimiento en su Concejal de Cultura, Don Francisco Flores. Estuvimos conversando largo y tendido en nuestro observatorio sobre nuestras inquietudes y proyectos; vinieron los periódicos y la radio y pasaron por aquella jornada más de 150 personas. Los vientos de bonanza comenzaban a soplar a favor de una incipiente Sociedad con ánimos de grandeza y de expansión.

Al final del verano, comenzaron las V Jornadas Nacionales de Astronomía en la ciudad de Sevilla, a las cuales un servidor se apuntó para participar en las mismas (como oyente, por supuesto) y como representante de la S.M.A.
Fueron unas buenas Jornadas, donde también confraternizamos con los socios de Santander, y trabamos amistad con los representantes de la Sociedad Albireo de Sevilla, especialmente con Pepe García, al cual aprovecho para mandarle un cariñoso cogotazo. En resumen, un nuevo acercamiento entre personas desconocidas pero con un objetivo común: las estrellas .

La Delegación de Málaga, tomó buena nota de todo lo referente a la organización de las mismas, ya que las siguientes jornadas ¡ nos tocaban a nosotros ¡ . Había que copiar ciertos métodos, mejorar otros y, en definitiva, estructurar las bases organizativas de nuestras Jornadas. Por cierto, aquí surgió la idea de Federar las Asociaciones Españolas, hecho que no llegó a producirse. No obstante surgió una basta idea de coordinar por secciones las diversas observaciones y estudios sobre temas astronómicos.

La preparación de las VI Jornadas Nacionales de Astronomía ya era todo un acontecimiento. La primera reunión de la Junta Directiva para aportar ideas sobre la organización fue en el mes de Noviembre del 83 en el » Bar Bananas » (actualmente una franquicia de la Pizzería Mamma Mía, en los Baños del Carmen); allí , regado con buen vino y cerveza, comenzaron a esbozarse los primeros pasos de las Jornadas; por aquel entonces, se abrió un buzón de ideas para conseguir el mayor éxito posible y que fueran las mejores de las celebradas hasta el momento, y lo fueron .

Sin embargo, paralelo a este importantísimo acontecimiento, la sociedad seguía su frenética actividad en la consecución de sus metas particulares; así a finales del mes de Enero del año 1984 y tras un sinfín de debates y de toma de decisiones, se consiguió uno de los objetivos principales de la Sociedad: » un local social » ; éste no vino como nosotros pretendíamos sino que fue un alquiler barato que encontramos tras regatear convenientemente con su propietaria; el mismo estaba ubicado en la calle Fernán González Nº 4, 4ª Planta, puerta derecha. Era un enorme piso antiguo con patio y pasillo exterior incluido, aunque en bastante mal estado. Conseguimos el permiso de la propiedad para adecuarlo y acondicionarlo y, en definitiva , poder hacer las obras pertinentes para su perfecta puesta en funcionamiento.

Como hecho anecdótico, decir que en plena ejecución de las obras (como podréis apreciar, siempre estamos inmersos en ellas, nos pasa como al Ayuntamiento), se celebró la primera Junta Oficial en el Local, el día 17 de Febrero de 1984; fue un gran día para nosotros y de esta reunión surgió la idea de preparar una comisión especial para la organización de las inminentes Jornadas a la que se bautizó con el nombre de COVIJ (comisión de organización VI jornadas) . También aquí surgió una máxima, elevada después a la categoría de dogma cuasi religioso (que no se me ofenda nadie), por la cual el Sr. Ignacio Lamothe sentenció con una frase épica, que creo recordar casi de forma literal y que venía a decir algo así como » si queremos que algo no funcione, lo mejor de todo es crear una comisión » (toma ya).

Los siguientes meses, fueron tiempos de ardua actividad gratuita para acondicionar nuestro Local y poder desarrollar en él nuestras actividades lo antes posible. Por fin, la inauguración del local llegó el día 14 de Abril del 84; fue la consumación de una vieja aspiración; se había conseguido uno de los principales objetivos de la Sociedad. Al final, como siempre, trabajaron los de siempre. Nuestro agradecimiento desde aquí a Juan Fernando Maté, los hermanos Troughton (entre los que me incluyo), Ignacio Lamothe, que tuvo problemas con la bomba de agua y con la cisterna del cuarto de baño, Jose Luis López Mingorance, Enrique Mendoza, Juan Martín y Jesús Chinchilla ; si se me ha olvidado alguien y se siente menospreciado, que por favor me perdone, (ha sido sin querer).

Esta inauguración supuso un derroche de satisfacción, pues era una antigua idea surgida de la mente de Juan Espejo (antiguo socio) y Jose Luis L. Mingorance (actual socio), impulsores de la necesidad de tener un local. El objetivo estaba conseguido y, tras la inauguración, la celebración (siempre estamos celebrando). Se realizó en el restaurante » Los Machucaos » en la Urbanización El Candado; el final de la cena fue amenizado por un grupo musical formado por el que suscribe a la guitarra , Guillermo García , al saxo y como vocales, Enrique Mendoza, Juan Martín y un servidor.
En Julio de este mismo año, y tras el inagotable afán de la SMA de incrementar su actividad, se organizó la Primera Semana de Astronomía en Málaga entre los día uno y siete de Julio, todo ello bajo el patrocinio de la empresa de bolígrafos y plumas de lujo Elysee. Tuvo un gran éxito de participación tanto de socios como de personas ajenas a la misma; se hicieron charlas, coloquios abiertos, se proyectaron diapositivas y volvió a vivirse ese espíritu de lucha y sacrificio que siempre ha caracterizado, caracteriza y caracterizará a esta Sociedad. Era una muestra más de que la Sociedad seguía infatigable y sin descanso su camino de expansión.

En el mes de Octubre del 84 ocurrió un hecho insólito para nosotros. Por primera vez y creo que hasta le fecha, sufrimos un desagradable acontecimiento: un robo en nuestro observatorio de Miraflores del Palo. Se llevaron todos los oculares, así como los adaptadores y los filtros; este hecho demostró una vez más lo incomprensible de estos actos vandálicos; se trataba de accesorios y adaptadores, la mayoría de ellos útiles única y exclusivamente para nuestro telescopio, el daño causado era casi irreparable para nosotros. Sin embargo » el equipo A » ( el de siempre ), con la inestimable colaboración de Ignacio Lamothe y sus soldaduras, nos encargamos de reforzar la estructura de tal forma que este hecho no volviera a ocurrir. Desde estas líneas aprovecho una vez más para dar las gracias a aquellas personas ( los de siempre ) que contribuyeron a que el desastre no fuera aún mayor. Especial mención a la Sociedad Financiera y Minera que contribuyó gracias a Paco Bravo ( primer presidente ), al aseguramiento y reforzamiento de nuestro observatorio, reduciendo a casi la imposibilidad la apertura del mismo por agentes extraños. Un mes después, tras exponer nuestras demandas al Consistorio y a la Diputación, sus legítimos representantes, Don Pedro Aparicio y Don Luis Pagán, se comprometieron a realizar ( y realizaron ) una aportación más que suficiente para reponer los materiales robados.

Tras desagradable acontecimiento, llegamos al año 1985, con eventos tan esperados como las Jornadas Nacionales de Astronomía, la consolidación definitiva de nuestro boletín y la esperada y ansiosa vuelta del mítico cometa Halley (muchas personas iban a tener la oportunidad de verlo dos veces en su vida). Por tanto, la entrada en 1985, se planteaba con más movimiento que una mosca en un cristal y más peligrosa que un bonzo en una gasolinera, pero los hados, por regla general, favorecen a los buenos.

Por aquel comienzo del año, se hizo cargo de la Biblioteca mi estimado amigo Paco Marquez (te mando un saludo). La biblioteca se encontraba más o menos igual de revuelta que la cama de un loco. Sin embargo, en poco tiempo, Paco Marquez hizo de la misma algo tan sencillo como eficaz, es decir, aplicarle un poco de su propio espíritu y forma de ser, o lo que es lo mismo, control, orden y meticulosidad. Impulsó con secciones creadas al efecto algo tan necesario y fundamental como la formación de los nuevos amateurs y el avance y estudio de los ya formados, todo ello sobre la base de los libros de astronomía existentes en nuestra sociedad, así como las nuevas adquisiciones realizadas. Paco creó una sección que él mismo llamó » Ideas para Pensar «. En la misma se exponían pensamientos que no tenían fácil solución, e incluso preguntas sin respuesta, abiertas a la especulación (interesante idea que deberíamos de retomar).

En definitiva, fueron unos años de expansión y apogeo, tiempos de unión y de estrechamiento de lazos con Sociedades amigas. Se consiguieron objetivos importantes gracias a la colaboración desinteresada y entusiasta de personas que estuvieron, están y estarán con nosotros.

Particularmente, me produce una enorme satisfacción personal el mirar atrás quince o veinte años, y saber que muchísimas de las personas que contribuyeron a mantener vivo el espíritu de la Sociedad, actualmente siguen con nosotros, puede que no con tantos ánimos de trabajar (hay que dar el relevo a las nuevas generaciones y dejarles hacer), pero en la seguridad de que cuando la Sociedad nos necesite, seguiremos estando a su lado, al menos mientras tengamos fuerzas para ello, ya que, queramos o no, forma parte de nuestras vidas.