CONSTITUCIÓN DEL UNIVERSO: Una teoría nueva

(Resumido de: «Nuestro Universo Tetradimensional» I.S.B.N. 84-4046610 – Depósito Legal MA-1.490-1.990)
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Por  IGNACIO LAMOTHE.

ESTADO DE LA CUESTIÓN:
Actualmente, la teoría más aceptada es la del Big-Bang, cuyos postulados no mencionaré ya que los mismos son sobradamente conocidos. No obstante, como paso previo, comentaré críticamente sus postulados y patentizaré sus inconsistencias, no de forma exhaustiva, dada la reducción de espacio de trabajos como el presente, pero sí en sus aspectos principales. Así pues, me concretaré en el que para mí es el aspecto básico de la cuestión, cual es que un Universo emergente de una singularidad o de un «huevo cósmico» (configuración tridimensional), siempre tendrá una estructura tridimensional, cuya evolución, el tiempo, que se propugna como cuarta dimensión, es únicamente expresión de su tamaño más o menos expansionado pero sin que, en ningún momento, deje de ser una configuración tridimensional.

Y este es el fondo y la raíz de la cuestión, pues lo que conocemos hoy de algunos aspectos del Universo, eso lo veremos más adelante, induce a la conclusión de que su configuración no es tridimensional sino, por lo menos, ESPACIALMENTE tetradimensional, aunque repugne a nuestra mente «visualizar» cómo podría ser tan inusual tipo de estructura. También de ello hablaremos y de la preconizada «renuncia por principio a la intuición», opinión que comparto únicamente en determinado sentido pero sin que ello implique que las magnitudes y realidades físicas puedan ser desvinculadas de sus lazos conceptuales y ser tratadas matemáticamente, sin correr riesgos de incurrir en conclusiones erróneas. Como se ha dicho anteriormente, el tiempo con respecto al Universo tipo Big-Bang es (todo concepto de tiempo implica cambio, evolución,
mutación de cualquier clase que sea) ni más ni menos que su mayor o menor tamaño, evolución que sigue obedeciendo las leyes físicas conocidas, entre las cuales está la que sanciona que la mayor velocidad concebible es la propia de toda radiación electromagnética, sea de la longitud de onda que sea. La materia, por el contrario, no podrá alcanzar jamás tal velocidad, de lo cual se deduce incontestablemente que la radiación que se originara en los inicios del Universo tipo Big-Bang tendrá que ocupar la región  más exterior en la configuración tridimensional del mismo y que, por tanto, tal radiación no podrá ser detectada en zonas del Universo en donde esta materia, mas en el interior del Universo, pues su velocidad de expansión es siempre menor que la propia de la radiación, como se ha dicho.

No puede, pues, afirmarse que la radiación de fondo descubierta por Penzias y WSilson sea el «eco» o residuo de la explosión primigenia; tampoco puede hablarse de una radiación «de fondo» de una determinada longitud de onda, general en todo el Universo, pues estando éste en expansión, la referida radiación de fondo tendrá muy diferente longitud de onda para las distintas galaxias cuya velocidades mutuas son muy dispares.

UNA TEORÍA NUEVA
¿Qué significación puede darse, pues, a la radiación de fondo descubierta por Penzias y Wilson? Incontestablemente supone la demostración de que, en este aspecto, el Universo posee una gran isotropía, la cual concuerda a grandes rasgos con la isotropía observada  en la distribución de materia en el Universo.

¿Y qué significación puede tener el que el Universo tenga esa gran isotropía, mirado desde nuestra galaxia? La explicación más simplista sería que, estando situada nuestra galaxia más o menos en el centro del Universo, el entorno que nos rodea tiene la isotropía que observamos; pero me parece que con ello caemos en el ya más repetido error de considerarnos el centro de la creación, error en que ha incurrido repetidamente el hombre por su tendencia al egocentrismo, consecuencia que se deriva de nuestra  típica forma de elaboración de conceptos proyectando nuestra propia naturaleza en los conceptos que contemplamos y analizamos. Por el contrario, la explicación más racional por más probable sería que el Universo considerándolo tridimensionalmente no tiene bordes ni límites porque se cierra sobre sí mismo en una cuarta dimensión
ESPACIAL, no temporal que, como hemos visto, es únicamente expresión de la evolución del Universo. La dicha nueva dimensión espacial que se
propugna es la única explicación racional para la isotropía que, a través de la observación astronómica, se descubre en el Universo. Esta nueva dimensión espacial soluciona el problema de los límites en el espacio. Ya no es necesario considerar la infinitud del espacio, concepto sumamente difícil de asumir intelectivamente e imposible de formular conceptualmente.
También soluciona el problema del destino de la ingente cantidad de energía en forma de radiación electromagnética que se perdería en el infinito en el Universo tridimensional sin límites.  En el tipo de universo que se propugna, toda la energía en forma de ondas electromagnéticas que se produce en el mismo, no se pierde, sino que
revierte de nuevo en el mismo Universo del cual procede. Ello implica que la cantidad de ella aumente más y más, aumentando la que podría llamarse «densidad electromagnética del Universo» hasta límites muy altos si no existiera mecanismo alguno que lo contrarrestara. Tal mecanismo existe, en opinión de quien esto escribe.  Tal es la transformación en materia de las radiaciones electromagnéticas, transformación que se concreta en los espacios intergalácticos en condiciones adecuadas (los estrechos límites de este escrito impiden desarrollar adecuadamente este teórico proceso).  Tampoco puede descartarse que esta  creación de materia pueda tener lugar en el interior de objetos masivos. La citada generación de materia en los espacios intergalácticos es, por sus efectos, la misma que preconiza la teoría del Estado Estacionario, con la diferencia de que la que aquí preconizamos es producto de la energía electromagnética que inunda el Universo Tetradimensional cuando la misma alcanza la necesaria «densidad electromagnética» y otras condiciones adecuadas en los espacios intergalácticos. Con esto se llega a la conclusión de que la distribución de materia en el Universo no varía sensiblemente con el transcurso del tiempo, algo similar a lo establecido por la teoría del Estado Estacionario, si bien pueden darse anisotropías sectoriales que deben ser consideradas como desviaciones de lo que tiene las características de un fenómeno estadístico.  Son las desviaciones típicas de los grandes números. Referente a las numerosas implicaciones conceptuales y epistemológicas que se derivan de estos conceptos, me remito a lo dicho con anterioridad, pero quiero hacer especial hincapié en el natural rechazo de nuestra mente hacia el concepto de espacio de cuatro dimensiones, todas ellas espaciales. No podemos «visualizar» interiormente tal tipo de estructura e inconscientemente lo rechazamos. Debemos recordar, no obstante, que nuestro cerebro puede tener «registros» equivocados e inducirnos a error; por lo que, no es que tengamos que «renunciar por principio a nuestra intuición» (nuestra visión interior), según ha sido propuesto, sino que debemos desterrar de nuestra mente conceptos subjetivos e incompletos, modificándolos e incorporando a los mismos los nuevos hechos avalados y contrastados inequívocamente
por la experimentación y observación científica. Esto último es a mi juicio lo más importante, más aún que proponer un nuevo modelo de Universo. La creación en nuestras mentes de conceptos nuevos que nacen de los pre-existentes con el añadido de nuevos hechos que los modifican sustancialmente, drásticamente. Este es un planteamiento que, implicando a la Física y la Cosmología, pasa por encima de ellas para trascender en el ámbito de la Epistemología y de la Filosofía.

Y volviendo al tema principal, esta concepción del Universo plantea diversos problemas, como es natural; por ejemplo, si se propugna que la densidad a gran escala del Universo no varía y tampoco hay variación en la cantidad total de masa-energía, el Universo debería tener siempre el mismo volumen, lo cual contrasta con la conocida expansión que revela el desplazamiento de las líneas espectrales.  No obstante, puede considerarse que, si la expansión del Universo cumple la ley de Hubble, a todas las distancias y a través del tiempo, tendremos como resultado que a distancias suficientemente grandes, la velocidad de recesión de las galaxias alcanzará casi la velocidad de la luz y que, por tanto, toda la zona externa a tal distancia tendrá sección cero a causa de la contracción de Fitgerald – Lorentz. Este razonamiento puede ser aplicado a cualquier zona del Universo;  por tanto, puede decirse que desde cualquier zona del Universo, este tendrá siempre el  mismo radio, dado por el valor de la constante de Hubble, pues la expansión se ve compensada por la contracción relativista del espacio.

EXPANSIÓN ACELERADA DEL UNIVERSO:
Pero a pesar de la argumentación anterior que parece indiscutible, aún permanece en nuestra «visión interior» ese Universo que se está expandiendo, en algunas zonas a velocidad que roza la de la luz (si es que la constante de Hubble se cumple a todas las distancias). ¿En qué consiste esta contradicción entre lo que «vemos en nuestra  imaginación» y lo que los hechos fisicos no desmentidos hasta ahora nos demuestran?
Debemos traer a nuestro pensamiento un hecho que no solemos tener  presente casi nunca; y ello es que todo el conglomerado de ideas,  conceptos, visiones interiores, etc…soporte de nuestra vida  psíquica, no ha sido creado por un proceso lógico deduciendo unas de  otras sino que, muy al contrario, tales conceptos han sido creados  por nuestra mente a partir de los estímulos sensoriales muy primitivos  y por asociaciones entre los mismos y con las experiencias afines de  nuestros semejantes que tienen experiencias afines a las nuestras.
Este último factor, la identidad de percepciones y conceptos con  nuestros semejantes nos da la sensación, posiblemente falsa en muchos casos,  de que lo que percibimos e imaginamos es «la realidad», ya que tal  realidad viene sancionada como cierta por la totalidad de nuestros  semejantes. Sin embargo, esta forma de ver interiormente el Universo  es incorrecta y debemos ajustar nuestra visión interior a los hechos  contrastados, para recrear en nuestra mente las imágenes correctas.  ¿Y qué explicación puede darse a la expansión del Universo que  denuncia el desplazamiento al rojo de las rayas espectrales?  En  línea con lo que antecede, podremos deducir que tal fenómeno, unido a  la contracción relativista en los confines del Universo, es la forma  por medio de la cual nuestros sentidos captan la curvatura del espacio  en la cuarta dimensión espacial; por medio de ambos fenómenos el  Universo se expande y se contrae de tal forma que su tamaño siempre es  el mismo, al igual que la superficie bidimensional de una esfera no  varía a pesar de estar curvada en todos sentidos en la tercera  dimensión.
Como explicación complementaria de la anterior que podría ser  considerada como fundamental, se propone para la expansión del  Universo la existencia de una REPULSIÓN GRAVITATORIA que completara  el esquema de interacciones de este espécimen de fuerzas, pues de  sobra es sabido que así como en las fuerzas electro-magnéticas se dan  interacciones atractivas y repulsivas y, paralelamente, existen dos  tipos de polaridades o cargas, en el cuadro de interacciones  gravitatorias hasta ahora solamente se conoce un tipo de interacción:  la atractiva, pudiendo deducir del hecho comprobado de la expansión  del Universo, que éste es debido a una INTERACCIÓN REPULSIVA GRAVITATORIA.  Tampoco se conoce el otro agente alternativo a la materia, pues, si bien la llamada antimateria resultante de la asoción de las conocidas antipartículas, podría ser considerada como tal, existen  razones, que no se citan por no alargar demasiado el presente trabajo,  que hacen difícil el admitir que la repulsión materia-antimateria  sea la causa de la expansión del Universo.
Con importantes simplificaciones a causa de la reducción de espacio,  la teoría plasmada en este escrito está, creo, más acorde con la  realidad que el modelo de Universo resultante de las teorías  alternativas que se comentan. Que conste, sin embargo, que la  palabra REALIDAD la digo en contra de ni voluntad porque, ¿qué hay de realidad en las percepciones, ideas y visiones interiores de los seres humanos?


© Ignacio Lamothe.