El pasado domingo 20 de julio de 2025 celebramos una de las actividades más entrañables de nuestro 50º aniversario y no podía ser de otra forma que organizando el evento conjuntamente con el Observatorio Astronómico del Torcal (OAT) con quien llevamos años colaborando.
Fue una observación astronómica especial, en la que se dieron cita socios veteranos y nuevos, amigos, familias, y amantes del cielo. Una noche mágica, cargada de emoción, divulgación, música y reencuentros bajo las estrellas.
La actividad llevó por nombre “De Arturo a Navi: 50 estrellas, 50 años de la SMA”, y cada detalle estuvo pensado para homenajear nuestra historia y compartir, como siempre hemos hecho, el conocimiento del cielo.
Una bienvenida festiva
La noche comenzó con la bienvenida por parte de Francisco Gálvez, director del OAT, quien nos recibió con unas palabras cálidas y cercanas que marcaron el tono de la velada. Francisco, director del OAT siempre se ofrece con entusiasmo a participar en todo tipo de actividades que le proponemos.
La noche comenzó con la entrega de pegatinas conmemorativas del 50 aniversario, diseñadas especialmente para esta ocasión, y de un impreso con las 50 estrellas más brillantes visibles desde Málaga esa noche. A los asistentes se les animó a marcarlas a medida que las fueran localizando. Se repartieron también unos adhesivos fosforescentes, útiles para identificarse en la oscuridad, y se explicó la dinámica de la noche en un ambiente distendido y familiar.

Entre bromas y recuerdos, se recordó que no solo la SMA celebraba su medio siglo de vida: la empresa “Aula del Cielo” cumplía 20 años, y el observatorio astronómico del Torcal celebraba su 15º aniversario. Múltiplos de 5 que parecían alinearse para hacer aún más simbólica esta cita.


Además, contamos con la actuación en directo de la actriz y cantante Sara Leinen, que amenizó el inicio de la velada con su música, creando una atmósfera aún más especial bajo el crepúsculo. Comenzó el repertorio cantando “Fly me to the Moon” relacionada con este evento ya que la estrella número 50 más brillante de esa noche, Navi, es Ivan al revés, nombre del piloto y astronauta de la NASA, Virgil Ivan Grissom, comandante de la misión Apolo I, en la que desgraciadamente junto a sus compañeros, los astronautas Edwards White y Roger Chaffee, murieron calcinados antes de despegar en Cabo Cañaveral el 27 de enero de 1967. En la película “Fly me to the Moon” se recrea esta trágica escena con gran respeto y admiración a unos verdaderos pioneros del espacio.
Bajo las estrellas: ciencia, historia y curiosidad
Con la oscuridad asentada, nos dirigimos a la zona de observación, donde varios miembros de la Junta Directiva ofrecieron pequeñas charlas divulgativas junto a los telescopios, intercaladas con momentos de observación libre. Estos fueron algunos de los temas que compartimos con los asistentes:

José Manuel Núñez– La eclíptica y los planetas
Jose Manuel explicó qué es la eclíptica, esa banda imaginaria por la que se mueven el Sol, la Luna y los planetas en el cielo. Ayudó a identificarla y a comprender cómo utilizarla para localizar planetas a simple vista, comentando los que serían visibles más tarde esa noche. Mostró cómo la inclinación de la eclíptica varía a lo largo del año, y cómo orientarse usando referencias celestes.
Rosa López– Clasificación espectral de las estrellas
Rosa nos introdujo en la clasificación espectral estelar a través del conocido mnemónico inglés «Oh, Be A Fine Girl, Kiss Me», que representa las clases O, B, A, F, G, K y M (ordenadas de mayor a menor temperatura). Pudimos disfrutar de ejemplos reales visibles esa noche, como:
- Navi (B0,5V)
- Vega (A1V)
- Altair (A7V)
- Deneb (A2Ia)
- Estrella Polar (F8Ib)
- Achird (G3V)
- Arcturus (K0III)
- Antares (M1,5Iab)
para explicar cómo el color revela la temperatura de una estrella y su etapa evolutiva. Además, señaló que las estrellas que forman el conocido Triángulo de Verano (Vega, Altair y Deneb) son de tipo espectral A, lo que les confiere un color blanco-azulado y una alta luminosidad, características fácilmente apreciables a simple vista.
Blanca Troughton– Hércules, mitología y la estrella polar
Blanca conectó ciencia, medio ambiente y mitología. Comenzó invitando a participar a todas las personas asistentes al proyecto “Vigilantes de la Noche”, una iniciativa de ciencia ciudadana que permite medir la contaminación lumínica, que se basa en el conteo de estrellas en el cenit. Esa noche la constelación de Hércules coronaba la bóveda celeste y nos comentó que este héroe era conocido antiguamente como “el arrodillado”. Explicó que su estrella Rukbalgethi Shemali, en la rodilla más al norte, marcaba en tiempos remotos el polo norte, como lo hace hoy en día Polaris, lo que dotaba a esta región del cielo con estrellas poco brillantes de un valor especial.
Alberto Castellón – Corona Borealis y la nova T CrB
Nuestro presidente centró su intervención en la constelación Corona Borealis y en la estrella T Coronae Borealis (T CrB), una nova recurrente. Explicó que se trata de un sistema binario en el que una enana blanca acumula material de su compañera hasta estallar periódicamente. T CrB brilló intensamente en 1866 y 1946, y se espera que vuelva a hacerlo entre 2024 y 2027. Invitó a todos a seguir de cerca este fenómeno, ya que podría ser visible a simple vista. Esta constelación es actualmente una de las más vigiladas del cielo, y está siendo monitorizada de cerca por nuestra red de cámaras all sky, atentas ante cualquier indicio del estallido.
Francisco Gálvez – Las constelaciones del zodiaco y el caso de Ofiuco
El director del Observatorio del Torcal, Francisco Gálvez, Francis para los amigos, cerró el turno de intervenciones con una charla sobre el Zodiaco, en la que explicó el origen del término (“camino de los animales”) y por qué solo se reconocen doce constelaciones, a pesar de que el Sol también atraviesa Ofiuco. Relató cómo las estrellas que hoy forman Libra eran originalmente parte de Escorpio, y cómo se separaron para mantener el simbólico número doce, más armónico y divisible que el trece —primo, indivisible y considerado de mal augurio en muchas culturas—. Para cuadrar las cuentas, los romanos “crearon” Libra amputando las pinzas de Escorpio y estableciéndola como una nueva constelación, la única del Zodiaco que representa un objeto inanimado.
Observación con telescopios
Tras las charlas de algunos de los miembros de la Junta Directiva, se pusieron a disposición del público tres telescopios del Observatorio Astronómico del Torcal/Aula del Cielo apuntando a distintos objetos del cielo profundo. Entre ellos, pudimos disfrutar de: M57 (la Nebulosa del Anillo) en Lira, M51 (la Galaxia del Remolino) en Canes Venatici, y otros objetos del cielo profundo.
Los asistentes pudieron mirar a través del ocular y asombrarse con estos objetos celestes que nos hablan de la inmensidad del universo.

Epílogo de una noche especial
Más allá de la observación y las explicaciones, lo vivido aquella noche fue una celebración compartida de la pasión por la astronomía, del trabajo colectivo y de los lazos que nos unen como sociedad desde hace ya medio siglo.
Gracias a todos los que lo hicieron posible. A quienes ayudaron en la organización, explicaron, compartieron historias, repartieron información, montaron telescopios o simplemente vinieron a observar al cielo con curiosidad y emoción.Seguimos sumando años, actividades y estrellas.
Nos vemos en la próxima.