La observación pública del eclipse de Luna del pasado miércoles 15 de junio, organizada por la Sociedad Malagueña de astronomía y el Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera, tuvo una enorme acogida. Solo en el centro de visitantes se contabilizaron 560 personas, a las que hay que sumar aquellas que acudieron directamente a la zona en la que se montaron los telescopios. Entre los asistentes se encontraba el Consejero de Cultura, Paulino Plata, que también practica la astronomía como aficionado. Muchos medios de comunicación dieron cobertura al evento: la SER, Onda Azul, el diario SUR, EL MUNDO, prensa y televisiones locales más Canal SUR Televisión, que rodó allí mismo un reportajeA las ocho de la tarde llegaron al Conjunto Arqueológico 13 miembros de la SMA para montar los equipos. Pese a que, según los cálculos cartográficos efectuados, la Luna no saldría por la cuesta de El Romeral hasta pasadas las diez, se había anunciado que las instalaciones se abrirían a las ocho y media. A esa hora ya había bastante gente impaciente por participar.
Y es que estaban programadas varias actividades previas. Antes de la puesta del Sol se pudo observar al astro rey a través de un refractor de 120mm con filtro de láminas. A continuación el público pasó a la sala de proyecciones del centro de visitantes en donde se expusieron varias filmaciones sobre eclipses realizadas por la SMA. Y ya cercana la anochecida se ilustró el mecanismo de los eclipses por medio de un telurio mecánico. El final de la explicación, que realizó nuestra directiva Blanca Troughton, fue recibido con un fuerte aplauso.
El eclipse total de Luna fue, tal y como se esperaba, muy oscuro. Quienes habían observado con anterioridad estos fenómenos comentaron tal circunstancia. De hecho resultó difícil distinguir al satélite en el momento justo de su orto tras una colina. El público formó largas colas antes los cinco telescopios que se montaron: el refractor ya mencionado, un reflector Newton de 8” y tres Smith-Cassegrain de 8”, 9”.25 y 11”. Una cámara de vídeo conectada a un ETX de Meade proyectó la progresión del eclipse en una pantalla. Conforme progresaba el eclipse, la Luna fue ganando en intensidad y variando su color en una insólita gama de tonalidades rojizas.
Los equipos también apuntaron al planeta Saturno, la joya del sistema solar, al cúmulo globular M13, a la nebulosa anular M57 y a la estrella Albireo, una de las dobles más bellas del firmamento. Los socios de la SMA que controlaban los telescopios tuvieron que atender a numerosas preguntas del público, cumpliendo así con la finalidad divulgativa del evento.
A las once se anunció por megafonía la inminente aparición por el horizonte suroeste de la Estación Espacial Internacional. Cuando ello aconteció, uno de los socios siguió a la nave espacial con un puntero láser durante todo su recorrido a fin de que los asistentes no perdieran de vista el punto luminoso que se desplazaba por la bóveda celeste. Como suele suceder, la sorpresa asaltó a quienes nunca habían visto a la ISS sobrevolar nuestro planeta.
Al filo de la medianoche se dio por concluida la observación, momento en el que los varios centenares de personas que aún permanecían en el conjunto arqueológico prorrumpieron en otro caluroso aplauso. Fueron muchas las manifestaciones de agradecimiento de los allí reunidos por haberles proporcionado una noche mágica en contacto directo con el universo.